
Tiny house o monoambiente tradicional: ¿qué rinde más por metro cuadrado para vivir o invertir?
Los espacios pequeños continúan ganando terreno entre quienes buscan una solución a la falta de vivienda.
*11 de diciembre de 2025*
*Tiempo de lectura: 4 minutos*
Las tiny houses nacieron por cambios demográficos y ante la necesidad de soluciones habitacionales más compactas y económicas. Las viviendas pequeñas tienen sus pros y sus contras. Pero, sin dudas, para muchos es la primera posibilidad de acceder a su vivienda propia y luego dar el salto a una propiedad más grande. Los departamentos de un ambiente de entre 18 m² y 40 m² empezaron a popularizarse en Argentina a partir de comienzos del siglo XX, como respuesta a cambios demográficos y a la necesidad de soluciones habitacionales más compactas.
Además de los pequeños departamentos, en los últimos años, una tendencia arquitectónica ha ganado terreno en el país. Las casas diminutas, también conocidas como tiny houses, se presentan como una opción innovadora para aquellos que buscan un estilo de vida más simple y sostenible, sin renunciar al confort y la comodidad.
El público que busca estos espacios para vivir son principalmente jóvenes estudiantes o profesionales, solos o en pareja.
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Las mini casas han dejado de ser una rareza importada de Pinterest para convertirse en una alternativa real en el mercado argentino. En un escenario en el que cada metro cuadrado se analiza como si fuera oro fino, la pregunta no es solo si conviene vivir en pocos metros, sino qué formato rinde más: la tiny house instalada en un terreno propio o el clásico monoambiente. La respuesta, como siempre en el real estate, se esconde en los números, pero también en la forma en que cada uno imagina su vida.
Las tiny houses son transportables y requieren un terreno donde instalarse. Estas pequeñas casas combinan madera, chapa y tienen un diseño innovador. Las tiny houses son viviendas compactas construidas bajo el esquema modular. Ese sistema permite fabricar la casa completa en planta, transportarla y montarla en un terreno en cuestión de horas.
Vivir en una propiedad pequeña es adoptar un modo de vida minimalista, que privilegia la calidad sobre el exceso. No buscan la movilidad de una casa rodante; no son motorhomes. Están pensadas como viviendas fijas, completas y permanentes. Un hogar en versión pequeña, pero sin renunciar a lo esencial.
¿Por qué las eligen?
– **Minimalismo y simplicidad:** una vida con menos cosas y menos estrés.
– **Sostenibilidad:** menor consumo de energía y recursos, menor impacto ambiental.
– **Economía:** menor costo de construcción, compra y mantenimiento, y facturas más bajas.
– **Funcionalidad y diseño inteligente:** aprovechan cada centímetro con muebles multifuncionales y soluciones creativas.
– **Facilidad de mantenimiento:** menos espacio para limpiar y organizar.
¿Qué rinde más por metro cuadrado para vivir o invertir?
Una tiny house de 30 m² arranca en US$31.308. Una de 36 m², en US$35.360. Y un modelo de 47 m² – de tres ambientes, con dos dormitorios, baño y cocina integrada— llega a los US$46.164. Todos estos montos son sensiblemente más bajos que el ticket de un monoambiente porteño.
Un monoambiente promedio de 40 m² con balcón en la ciudad tiene un valor de US$107.493, de acuerdo a los últimos datos de Zonaprop, lo que implica un costo promedio de US$2.559/m². Es decir: el triple de lo que sale, en promedio, el metro cuadrado de una tiny house.
Claro que la ecuación no es tan lineal. La tiny house necesita un terreno: sin tierra, no hay casa. Por eso, su cálculo de inversión está más cerca de un combo. Quien ya posee tierra -o compra en zonas donde el suelo sigue siendo accesible- puede lograr una vivienda completa por una fracción de lo que cuesta un departamento.
En el mundo de los departamentos, el comprador está pagando ubicación, acceso, infraestructura y valor de reventa. El monoambiente es el “caballito de batalla” del mercado desde hace décadas: fácil de alquilar y siempre demandado. La tiny house, por su parte, es más nueva, pero con un atractivo distinto: baja inversión inicial, rapidez de ejecución y un estilo de vida más descontracturado.
Para uso propio, la elección depende de lo que prefiera cada persona: quien aspira a una vida urbana, con buena conectividad y cerca del trabajo, no encontrará reemplazo en una mini casa instalada en las afueras de la ciudad. Pero quien busca verde, simpleza y autonomía financiera encuentra en las tiny houses una suerte de vía a otra forma de habitar: menos metros, menos costos y menos ruido.
La pregunta no es solo qué rinde más por metro cuadrado, sino qué tipo de vida y de inversión estamos dispuestos a asumir en un país donde cada metro es una decisión y un esfuerzo.
Fuente: LA NACION
Link Original: https://www.lanacion.com.ar/…



